Las mariposas son el símbolo del alma y representan en la Biblia" El pasaje de la Tierra al Paraíso
El símbolo de la mariposa es amor, libertad de pensamiento y deseos que vuelan para convertirse en realidad
Cuenta la leyenda:”...cuando quieras desear felicidad y convertir los deseos en realidad, susurra a una mariposa tu petición y entrégale su libertad, agradecida con tu deseo volará y la alegría y el amor te llegarán…”.
Si tienes un deseo secreto, y quieres que se haga realidad susurrarle tu deseo a una mariposadebido a que las mariposas no emiten ningún sonido, ellas no pueden revelar el secreto a nadie, excepto a Dios que ve y escucha todo. Así que, pidiendo el deseo y lanzando la mariposa, ella se elevará para llevar tu secreto al cielo para que te sea concedido .
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Los aztecas la reconocieron como Quetzalpapalotl o Mariposa Sagrada. El insecto causó tal impacto que fue objeto de culto y se le dedicó un centro de estudios científicos. Creían que las mariposas eran angelitos de niños muertos que regresaban a la tierra, los indígenas veían una cara humana en las alas de la Monarca. El grupo mazahua la conoció con el nombre de “Hijas del Sol”; tal vez por el color brillante de sus alas o porque con el despertar de la Monarca llegaba el sol de la primavera.
La mariposa era la representación de los héroes y de personas importantes que habían muerto; también lo era de las almas que tienen su casa en el cielo, de los guerreros caídos o de los guerreros sacrificados en la piedra de los sacrificios así como de las mujeres muertas en el parto. Estas almas se transformaban después en colibríes de rico plumaje y en mariposas .
En tiempos antiguos la mariposa fue transformada en una diosa, la cual a su vez era símbolo del amor, diosa de las flores, de la vegetación, representación del fuego y muchas otras atribuciones.
LA MARIPOSA Y LA ESTRELLA
Cuenta la leyenda que una joven mariposa, de cuerpo frágil y sensible volaba cierta tarde jugando con el viento, cuando vio una estrella muy brillante, y se enamoró.
Excitadísima, regresó inmediatamente a su casa, loca por contar a su madre que había descubierto lo que era el amor...
¡Qué tontería! Fué la fría respuesta que escuchó.
Las estrellas no fueron hechas para que las mariposas pudieran volar a su alrededor.
Búscate un poste, o una pantalla, y enamórate de algo así, para eso fuimos creadas.
Decepcionada, la mariposa decidió simplemente ignorar el comentario de su madre, y se permitió volver a alegrarse con su descubrimiento.
¡Qué maravilla poder soñar pensaba!
La noche siguiente la estrella continuaba en el mismo lugar, y ella decidió que subiría hasta el cielo y volaría en torno de aquella luz radiante para demostrarle su amor.
Fue muy difícil sobrepasar la altura a la cual estaba acostumbrada, pero consiguió subir algunos metros por encima de su nivel de vuelo normal. Pensó que si cada día progresaba un poquito, terminaría llegando hasta la estrella.
Así que se armó de paciencia y comenzó a intentar vencer la distancia que la separaba de su amor.
Esperaba con ansiedad la llegada de la noche, y cuando veía los primeros rayos de la estrella, agitaba ansiosamente sus alas en dirección al firmamento.
Su madre estaba cada vez más furiosa.
Estoy muy decepcionada con mi hija, decía. Todas sus hermanas, primas y sobrinas ya tienen lindas quemaduras en sus alas, provocadas por las lámparas.
Sólo el calor de una lámpara es capaz de entusiasmar el corazón de una mariposa: deberías dejar de lado estos sueños inútiles y conseguir un amor posible de alcanzar.
La joven mariposa, irritada porque nadie respetaba lo que sentía, decidió irse de la casa. Pero en el fondo, como, por otra parte, siempre sucede, quedó marcada por las palabras de su madre, y consideró que ella tenía razón.
Así, durante algún tiempo, intentó olvidar a la estrella y enamorarse de la luz de las pantallas de casas suntuosas, de las luces que mostraban los colores de cuadros magníficos, del fuego de las velas que quemaban en las más bellas catedrales del mundo.
Pero su corazón no conseguía olvidar a la estrella, y después de ver que la vida sin su verdadero amor no tenía sentido, resolvió reemprender su itinerario en dirección al cielo.
Noche tras noche intentaba volar lo más alto posible, pero cuando la mañana llegaba, estaba con el cuerpo helado y el alma sumergida en la tristeza.
Entretanto, a medida que se iba haciendo mayor, pasó a prestar atención a todo cuanto veía a su alrededor.
Desde allá arriba podía vislumbrar las ciudades llenas de luces, donde posiblemente sus primas, hermanas y sobrinas ya habrían encontrado un amor.
Veía las montañas heladas, los océanos con olas gigantescas, las nubes que cambiaban de forma a cada minuto.
La mariposa comenzó a amar cada vez más a su estrella, porque era ella la que la impulsaba a conocer un mundo tan rico y hermoso. Pasó mucho tiempo y un buen día ella decidió volver a su casa.
Fue entonces que supo por los vecinos que su madre, sus hermanas, primas y sobrinas, y todas las mariposas que había conocido, habían muerto quemadas en las lámparas y en las llamas de las velas, destruidas por un amor que juzgaban fácil.
La mariposa, aun cuando jamás haya conseguido llegar hasta su estrella, vivió muchos años aún, descubriendo cada noche cosas diferentes e interesantes.
Y comprendiendo que, a veces, los amores imposibles traen muchas más alegrías y beneficios que aquellos que están al alcance de nuestras manos.
Muchas lecciones encierra este relato, a mi parecer, mucho nos dejamos llevar por lo que nos dicen los demás anulando nuestros propios sentimientos e ideas; sigamos siempre nuestros sentimientos, nuesto corazón, nuestras ideas, que solo tenemos una vida y nadie la va a vivir por nosotros.
1 comentario:
Bonita historia y muy cierta... no importa si se alcanza la meta todo lo que se vive y aprende en el trayecto es invaluable, sobre todo si es de amor, aún sabiendose inalcansable todo lo que se vive bien lo vale... un beso
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