
Sucedió que un día, aparentemente como todos, paseando por aquella desierta playa,Cronom divisó a una joven que, por sus movimientos, parecía estar bailando sobre la orilla.Poco a poco, conforme se fue acercando,comprobó que se trataba de una muchacha que recogía las estrellas de mar que hallaba en la arenay que las devolvía al océano con gracia y ligereza.
-¿Por qué hace eso? - preguntó el escritor un tanto intrigado.
-¿No se da usted cuenta? - replicó la joven
-.Con este sol de verano, si las estrellas se quedan aquí, en la playa, se secarán y se morirán.
El escritor, sonriendo, contestó:Joven, existen miles de kilómetros de costa y centenares de miles de estrellas de mar...¿Qué consigue con eso? Usted sólo devuelve unas pocas al océano.
La joven, tomando otra estrella en su mano y mirándola fijamente, dijo:
-Tal vez, pero para ésta ya he conseguido algo... - y la lanzó al mar.
Al instante le dedicó una amplia sonrisa y siguió su camino.Aquella noche el escritor no pudo dormir...Cuando llegó el alba, salió de su casa, buscó a la joven en la playa dorada,se reunió con ella y, sin decir palabra,comenzó a recoger estrellas y a devolverlas al mar...
(José Mª Doria)
(José Mª Doria)
2 comentarios:
que bonito amiga... que bonito...
ésta reflexión antoja a querer correr al mar...
mil besos!!
Un cuento precioso. Me recuerda aquello de que quien salva a un hombre salva al mundo entero.
Me gustan las playas en las que hay vida cuando la marea retrocede.
Esto no pasa aquí; tanto turista las tiene machacadas :)
Un abrazo, Pepa
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