-¡Qué flor tan encantadora es la rosa, favorita tanto para Dioses como para hombres. Le envidio su belleza y su perfume!
El rosal le contestó:
-En efecto, querido amaranto, doy flores, ¡pero para una breve temporada! Y si ninguna mano cruel las desprende de mi tallo,
aún así fallecerán tempranamente. Pero tú eres inmortal y nunca te
descoloras, y siempre te presentas con renovada juventud.-
En vez de envidiar virtudes ajenas, veamos primero las grandezas de las nuestras.
2 comentarios:
No tengo msn... Gandía y Denia, es precioso, me recuerda mi origen de chiquitina y adolescente, Platja d'Aro, Palamós, en Girona... Aunque nací en Granollers. Echo de menos tanto el mar!!!!
Besitos!!!!
ES CIERTO!
Las mas de las veces se nos va la vida añorando aqullo que creemos tienen otros, sin darnos cuenta que detro de nosotros se ecuentra la más gande fortaleza y talento!
besos amiga!
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