Las apariencias

Mirando mi jardín, pensando en quitar las malas hierbas que ahogan a las plantas; mi mirada pasó de un lugar a otro, del lugar de la primera foto, a la que hay debajo y encontré una enseñanza buenisima que la naturaleza me ofrecía en ese instante; me daba su regalo del día...

Era un relax contemplar los geranios, los rosales, el jazmin con sus flores y su perfume, sin embargo, a su lado, un cactus, un cactus con pinchos bien grandes que te hieren cuando los rozas, un poco abandonado el pobre, con la tierra bien seca, me ofrecia tres hermosas flores, tan bellas o más que las rosas, los geranios o el jazmin...

Así es la vida, nunca juzgues a nadie ni a nada, por lo que ves a primera vista; las apariencias engañan. Tras una cara de pocos amigos, tras un envoltorio roto o sucio, puede encontrarse un ser maravilloso o el mejor regalo que nos puedan hacer.