Arriesgarse

Somerset Maugham, escritor inglés, escribió cierta vez una historia sobre un portero de la Iglesia de San Pedro, en Londres. Un día un joven vicario descubrió que el portero era analfabeto y lo despidió. Desempleado, el hombre invertió sus escasas economías en una minúscula tienda. Él prosperó, compró otras y, después de cierto tiempo, poseía una cadena de tiendas que valía algunos millones de dólares.
Un día, su banquero le dijo: "Es verdad que usted alcanzó éxito siendo analfabeto, pero, ¿donde estaría hoy si supiese leer y escribir?" El hombre sonrió y, calmamente, contestó:"Sería un portero."

Muchas veces nos estancamos en algo y ya sea por comodidad o por miedo, por indecisones, y no vemos mas alla, no nos arriesgamos al cambio y nos quedamos siempre en el mismo sitio, viendo pasar oportunidades pero dejandolas ir como nubes pasajeras. Cuantas veces nos hemos preguntado: que sería hoy si hubiese hecho.... esto o aquello; donde estaria si hubiesei ido a...a donde fuere que hubiesemos querido... Muchas preguntas pero que tiempo pasado no vuelve. Yo , normalmente no soy de las que se arriesgan y admiro a quienes lo hacen; no me quejo, ni mucho menos, de lo que soy o de lo que tengo, pero sí se que hubiese podido arriesgar mas...Hay que arriesgarse!!! aver, donde estan quienes se arriesgan?? que levanten la mano!! jejeje

La Bodega, Noah Gordon

He leido este libro, que aunque no es de los mejores de Noah Gordón, al estar desarrollado en las costubres y viñas del Penedés, te engancha desde el principio; y desde el principio al final, me vino a la mente mi amiga Pilar, tan enamorada de su tierra; imaginé los paisajes del Penédés, con sus las viñas, con todas sus tradiciones; asi que para ella dedico esta entrada...


"...26.- Viñas pintadas

El primer otoño tras su regreso a casa, Josep sintió una nueva felicidad cuando las vides de Santa Eulalia empezaron a cambiar. Era algo que no ocurría cada año y él no sabía qué provocaba aquella transformación: ¿las cálidas tardes de finales de otoño en España, sumadas a las noches más frías? ¿Cierta combinación del sol, el viento y la lluvia? Fuera lo que fuese, aquel octubre volvió a pasar y algo en su interior reaccionó al cambio. Las hojas de Tempranillo adquirían de pronto una variedad de tonos que iba del naranja al rojo brillante; las de Garnacha, de un verde resplandeciente, se volvían amarillas con los peciolos marrones; en las de Samso la hoja aumentaba el verdor y el peciolo se volvía rojo. Parecía como si las viñas desafiaran la muerte cercana, aunque para él era sólo un nuevo principio y se dedicaba a caminar entre las hileras dominado por un quedo entusiasmo..... "